“Los ácidos producidos por algunas bacterias causan caries y enfermedades de las encías; si no se controla, esto puede provocar inflamación e infección de las encías y posiblemente influir en enfermedades sistémicas (de todo el cuerpo)”.

Incluso si te cepillas los dientes y usas hilo dental fielmente, es importante que te hagas una limpieza dental profesional con regularidad. (Por supuesto, si no eres tan meticuloso con tu higiene bucal, ¡es aún más importante!) Después de una limpieza a fondo, tus dientes se sentirán suaves y relucientes, y probablemente también se verán mucho más brillantes. Pero las limpiezas dentales profesionales no se hacen solo por la apariencia.

¿Por qué tus dientes necesitan este tipo de atención?

Esencialmente, se debe a que con el tiempo tienden a acumular una capa de placa (una película pegajosa y rica en bacterias) y depósitos duros (llamados sarro o cálculo) que son muy difíciles de eliminar sin herramientas especiales. Cuando se permite que estos depósitos permanezcan en las superficies de los dientes o debajo de la línea de las encías, proporcionan las condiciones ideales para que las bacterias crezcan y se multipliquen. Los ácidos producidos por algunas bacterias causan caries y enfermedades de las encías; si no se controla, esto puede provocar inflamación e infección de las encías y posiblemente influir en enfermedades sistémicas (de todo el cuerpo).

Los dentistas tienen un término especial para procedimientos preventivos como la limpieza de dientes: profilaxis, de la palabra griega que significa proteger o protegerse. En este caso, la atención se centra en prevenir la caries dental y la enfermedad de las encías. Si se realiza junto con un examen dental de rutina, una limpieza profesional puede ser de gran ayuda para controlar estas dos enfermedades comunes. Mientras se limpian los dientes, también es una buena oportunidad para observar de cerca su salud bucal en general y detectar algunos problemas específicos.

El procedimiento de limpieza profesional

La limpieza de los dientes a menudo la realiza un higienista dental, un técnico altamente capacitado que utiliza un conjunto especial de herramientas diseñadas específicamente para este propósito. Debido a que los dientes de cada persona son un poco diferentes, tu limpieza se adaptará a tus necesidades particulares. Sin embargo, muchas limpiezas siguen un patrón similar.

Primero, el higienista dental hará un examen bucal para evaluar la salud de tus tejidos bucales. Luego, la limpieza se llevará a cabo utilizando un raspador ultrasónico o instrumentos metálicos denominados curetas para eliminar la placa y el cálculo de las superficies de los dientes. El escalador ultrasónico es una herramienta de mano con una punta diminuta que vibra a una frecuencia muy alta. Los depósitos endurecidos se rompen con el rápido movimiento de la punta, que no daña el diente. Un chorro constante de líquido (llamado lavado) sirve para enfriar la punta y ayudar a eliminar la placa; al mismo tiempo, también lava los escombros.

Algunos higienistas prefieren las curetas, que son instrumentos de mano que son curvos y ahusados ​​para encajar alrededor y entre los dientes. Si tus dientes son sensibles, el uso de instrumentos de mano puede resultar más cómodo para una limpieza profesional. En las manos capaces de un higienista o dentista, solo se necesita una presión moderada para eliminar cualquier acumulación rebelde y limpiar los dientes, independientemente de los instrumentos que se utilicen.

Finalmente, tus dientes se pulen con un cepillo giratorio de baja velocidad equipado con una punta de goma suave. Se aplica un gel ligeramente arenoso, parecido a una pasta de dientes, y la punta gira y pule los dientes, haciéndolos suaves y brillantes.

Un requisito para una buena salud bucal

La mayoría de las personas no sienten ninguna molestia notable durante las limpiezas dentales; algunos incluso informan que disfrutan de la experiencia. Sin embargo, si no se ha hecho una limpieza durante un tiempo, es posible que te lleve unos minutos acostumbrarte a la limpieza de los dientes. Sin embargo, si sientes alguna molestia, es posible aplicar un gel anestésico tópico u otro tipo de anestésico.

Si tus encías están irritadas debido a la acumulación de bacterias, pueden doler o sangrar levemente durante la limpieza. Es posible evitar que esto suceda en el futuro con medidas de higiene bucal que puedes realizar en casa (como técnicas mejoradas de uso del hilo dental o enjuagues bucales especiales); también pode indicar que necesitas limpiezas en el consultorio más frecuentes. Este tipo de mantenimiento regular te ayudará a evitar procedimientos dentales más complicados en el futuro, ahorrar dinero por posibles complicaciones ¡y te dará la mejor oportunidad de conservar tus dientes de por vida!

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